2013, díA d reYes
ayer leí este cuento, me gustó
me pareció una buena forma de regresar,
algunos no pueden
Estimado viajero, estamos a punto de aterrizar. El cielo está despejado, y la temperatura exterior es de 23 ºC. Sea usted Bienvenido. De momento, con su permiso, le llamaremos así, «Bienvenido», al estar recién llegado. A medida que nos vayamos conociendo le iremos llamando como usted sienta. Y pasaremos del usted al tú cuando se encuentre menos extraño. Le recomendamos que nada más tomar tierra entierre su DNI como símbolo del punto y seguido al que se asoma su nueva vida. Le explico: aquí los apellidos también se toman de la familia, pero en este lugar, la familia la elige uno.
Le advertimos, Bienvenido, que aquí la gente se quiere. Así como suena. Sé que le puede resultar chocante, o incluso violento al principio, pero aquí no hay barreras para expresar el Amor. Se llora y ríe por igual. El blanco y el negro «se gustan». Y, por supuesto, todo se comparte. Y mi hucha es tu hucha y no, no hay bancos. También puede apagar eternamente esa herramienta para desconectarse llamada teléfono móvil. Y de paso, reciclar las llaves de su casa en un bonito collar que regalar a alguien. Aquí las puertas no se cierran más que cuando hay corriente. Además, nos juntamos todos de vez en cuando en el Parlamento para ponernos al día y celebrar que estamos vivos. ¡Es toda una fiesta! En este lugar se mira al otro como a un igual y no como a un distinto al que compararse. El colegio lo hacemos entre todos y los mayores enseñan a los pequeños. Así de simple. Aquí una boa vuelve a comerse a un elefante y, cuando llueve, lo celebramos bailando desnudos sobre el barro. Normal que se sorprenda, pero no se asuste. Nadie tiene miedo aquí. Tranquilo. Usted no ha muerto ni está entrando en el Paraíso. Esto es la Tierra que decidió abandonar en un avión de juguete hace unos minutos para reencontrarse a sí mismo. Nada ha cambiado fuera. Lo único que ha cambiado es usted. Bienvenido, no se asuste: la muerte solo es el final de una etapa y el comienzo de otra.
Así de simple.
Sergio Peris-Mencheta
me pareció una buena forma de regresar,
algunos no pueden
Estimado viajero, estamos a punto de aterrizar. El cielo está despejado, y la temperatura exterior es de 23 ºC. Sea usted Bienvenido. De momento, con su permiso, le llamaremos así, «Bienvenido», al estar recién llegado. A medida que nos vayamos conociendo le iremos llamando como usted sienta. Y pasaremos del usted al tú cuando se encuentre menos extraño. Le recomendamos que nada más tomar tierra entierre su DNI como símbolo del punto y seguido al que se asoma su nueva vida. Le explico: aquí los apellidos también se toman de la familia, pero en este lugar, la familia la elige uno.
Le advertimos, Bienvenido, que aquí la gente se quiere. Así como suena. Sé que le puede resultar chocante, o incluso violento al principio, pero aquí no hay barreras para expresar el Amor. Se llora y ríe por igual. El blanco y el negro «se gustan». Y, por supuesto, todo se comparte. Y mi hucha es tu hucha y no, no hay bancos. También puede apagar eternamente esa herramienta para desconectarse llamada teléfono móvil. Y de paso, reciclar las llaves de su casa en un bonito collar que regalar a alguien. Aquí las puertas no se cierran más que cuando hay corriente. Además, nos juntamos todos de vez en cuando en el Parlamento para ponernos al día y celebrar que estamos vivos. ¡Es toda una fiesta! En este lugar se mira al otro como a un igual y no como a un distinto al que compararse. El colegio lo hacemos entre todos y los mayores enseñan a los pequeños. Así de simple. Aquí una boa vuelve a comerse a un elefante y, cuando llueve, lo celebramos bailando desnudos sobre el barro. Normal que se sorprenda, pero no se asuste. Nadie tiene miedo aquí. Tranquilo. Usted no ha muerto ni está entrando en el Paraíso. Esto es la Tierra que decidió abandonar en un avión de juguete hace unos minutos para reencontrarse a sí mismo. Nada ha cambiado fuera. Lo único que ha cambiado es usted. Bienvenido, no se asuste: la muerte solo es el final de una etapa y el comienzo de otra.
Así de simple.
Sergio Peris-Mencheta
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