ESPACIOS PARA LOS NIñOS


Se acercan las fiestas navideÑas. No me entusiasman, consigo conocer la parte más hipócrita de las personas y, la verdad, preferiría seguir viviendo en la ignorancia. Pero hay una parte que si me encanta, que disfruto muchísimo. Esa parte es la "cara de los niÑos", la de los que descubren por primera vez la navidad, la de los que esperan con nerviosismo la llegada de estas fechas, la de los que temerosos se asoman a la ventana para ver la llegada de Los Reyes (puestos a ser tradicionales, seámoslo en condiciones). En fin, ver sus caras recompensa, muy mucho, el fraude adulto.

Todo este preámbulo viene a colación porque en estos días me acuerdo más, si cabe, de todos aquellos niÑos que me rodean. Hijos de amigos, sobrinos postizos, hijos de primos... Procuro disponer de tiempo libre para disfrutarlo con ellos, para dsifrutar de ellos y pensando ya en lugares de interés, en hacer planes con todos ellos, he caido en la cuenta de la escasez de espacios al aire libre a donde acudir.

He buscado por la red y he encontrado unas obras de la artista y arquitecta Mikiko Endo. Es una revisión actualizada de la casita del arbol con la que, de niÑos, todos soÑábamos. O bien, aquellos laberintos que realizaban los jardineros en los parques a los que nuestras abuelas nos llevaban. Bonitos espacios artístico-lúdicos los diseÑados por Mikiko, muy sutiles.
Aunque, dejadme que siga prefiriendo un árbol de verdad y un puÑado de arena con el que embadurnarme.

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