MANIFIESTO PROFESIONAL
Redacción del Manifiesto:Josep Riu, Manuel Torres y Joan Lao.
Participan, contribuyen y se adhieren al manifiesto: Fernando Salas, Sandra Torruella, Isabel López, Joan Lao, Martín Ruiz de Azúa, Patricia Denys, Natalie Von Arend, Teresa Sapey, Tomás Alía, Benedetta Tagliabue, Jordi Torres, Adela Cabré, Ignasi Bonjoch y Francesc Ollé Torres.
Los profesionales y ciudadanos que nos comprometemos con el presente manifiesto lo hacemos a título individual. Nuestro compromiso es personal, uno a uno por lo tanto, y no colectivo. No es, entonces, una manifestación de 'interioristas', sino de quienes fehacientemente asumen una precisa ética deontológica por el buen interiorismo y de quienes voluntariamente se adhieren a ella, y manifiestan:
Unión del colectivo. Es vital que el colectivo de interioristas nos hagamos escuchar y cobremos fuerza, para ello debemos unirnos con el fin de crear un mensaje común, fluido, claro y directo sobre nuestras atribuciones profesionales y la prestación de servicio que ofrecemos.
Explicación social de nuestra profesión. El interiorismo es la respuesta a una demanda social. De la buena o mala resolución de nuestro trabajo se deriva una mejora o detrimento del bienestar colectivo. Nuestro papel es necesario para la sociedad y nuestra profesión es una actividad imprescindible para la buena administración de los recursos que componen un proyecto, a través del diseño y la creatividad que aportamos.
Proyección internacional del interiorismo. Los interioristas nos expresamos mediante el lenguaje de las formas, donde no existen límites ni fronteras. Para ello, es necesario el apoyo y la confianza de los medios y fabricantes para su divulgación internacional.
Potenciación del interiorismo nacional. Disponemos de la voluntad y el compromiso para promover el fomento de nuestra profesión en los diversos ámbitos sociales y culturales, con el apoyo y reconocimiento necesario desde las administraciones públicas y organismos oficiales.
Valor añadido al diseño de producto y a la calidad de vida. Actualmente La Industria y la Sociedad reconoce la importancia de los profesionales del diseño, como prescriptores de tendencias, diseñadores de productos y espacios que mejoran la calidad de vida de sus usuarios.
Democratización del interiorismo. El interiorismo debe llegar a ser un servicio accesible para el cliente pues se trata de una profesión imprescindible dentro de la sociedad y no de un artículo de lujo. Para ello debemos evitar y denunciar el intrusismo profesional de oportunistas que se hacen servir de nuestra profesión, prestando sin ninguna garantía ni formación un servicio que no les corresponde.
Ayuda por parte de las administraciones y colegios. Para la reestructuración racional del sector del interiorismo que comporte las redefinición actual del papel del interiorista; la clarificación de sus competencias, la delimitación de sus obligaciones y responsabilidades, la dignificación del sistema de honorarios y por último, la racionalización de una normativa actualizada al presente.
Normalización de honorarios. El presente apartado queda incluido en el anterior punto.
La idea de interiorismo como diseño global. Los interioristas somos creativos, capaces de proyectar y crear un diseño global sin limitaciones, el límite se encuentra en nuestro propio talento. Por ello, no debemos permitir que se nos encasille sólo con algunas especializaciones debido a ideas preconcebidas relacionadas con nuestra profesión.
Apoyo de los medios de comunicación, eventos y concursos. Reivindicamos este apoyo como uno de los pilares de mayor importancia, como herramienta de divulgación a la sociedad de nuestros trabajos y tendencias.
El interiorismo como valor añadido a la crisis. España está viviendo un periodo de crisis en el que el interiorismo debe presentarse como una herramienta para la optimización de los recursos económicos en la ejecución de futuros proyectos.
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