DISEÑO Y EMPEÑO, CON Ñ.

Me he vuelto mema buscando un artículo que leí ayer sobre el diseÑo, misión imposible. Da igual, lo que quería comentar es la gran suerte (parece que hoy me levanté optimista y suertuda).
Lo que decía, la suerte que tuve de visiar el aÑo pasado el Estudio-Museo Achille Castiglioni, en Milán. No sólo por el hecho en sí de visitarlo, que también. Si no porque fue su hija la que nos hizo de Cicerón por aquel estudio que transmitía sentido común y amor por todos y cada uno de los objetos que allí había. Fue contándonos historias y anécdotas sobre su padre. Lo hacía con tanta sencillez, sin ningún tipo alarde y con todo el cariÑo que una hija puede sentir hacia su padre, que para el grupo que realizamos aquella visita supuso un antes y un después aquel recorrido por las entraÑas del diseÑo. DiseÑo en estado puro.
Cada día más, me descubro ante las cosas sencillas. Me gusta la gente sencilla y que además lo parezca. Mirando la foto de Achille, puedo apreciar la bondad y la sencillez con la que vivió y trabajó. Miro sus diseÑos una y otra vez, no dejan de sorprenderme. Pero el hecho de haber conocido a su hija, de ver cómo le transmitió esa sencillez y ese amor por el diseÑo anónimo, que tanto le sirvió de inspiración y que tanto admiraba, hizo que le respetase aún más, si cabe.
¿Quién no conoce esta lámpara? Alguien acabado de aterrizar de marte, porque no hay revista de diseÑo que se precie que no la incluya en dos ó tres de sus espacios.
Pues esta lámpara es diseÑo de este seÑor con cara de abuelito bromista y se comercializó por primera vez en el 62. Todavía hoy es una de las más vendidas en el mundo. Por algo será, ¿no?

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